Hoy, más que una receta se trata de un método para conservar los frutos del verano de modo que podamos disfrutarlos en invierno, sin tener que recurrir a productos cultivados a gran distancia del punto donde vivimos por no ser temporada. En este caso lo he hecho con unos pimientos que se me iban a estropear.
El método es muy antiguo, usando un ingrediente muy típico para el secado como es la sal. La sal a pesar de todas sus contradicciones, en su justa medida es buena también. Y comparada la sal que he usado para desecar los pimientos con la que suelen llevar la mayoría de alimentos procesados hoy en día, seguramente mis pimientos seán bajos en sodio.
Lo primero que debemos hacer es seleccionar aquellos pimientos que vamos a utilizar y ver que esten bien, sin ningún problema.
Lavaremos bien los pimientos que queremos desecar y los cortaremos en pequeñas tiras o cuadrados que nos sean comodos de trabajar. Debemos pensar que los pimientos cuando se secan se retraen un poco tendiendo a cerrarse sobre si mismos. Aprovechamos también para dejarlos bien limpios de semillas y quitar las partes blancas.
El proceso de secado es mejor empezarlo en un bol, echando la sal en la cara interna de cada pimiento. No pasa nada si nos pasamos un poco, pues luego parte de esa costra se podrá quitar. Veremos que seguido empezarán a rezumar un montón de agua. Es ahí cuando ya los ponemos en una superficie plana en donde les de bien el sol.
El proceso durará más o menos dependiendo del calor. Puede ser de 1 o 2 días en un caluroso verano hasta de una semana en entre tiempo. Como truco si se nos cierran los pequeños trozos, es poner sal con los dedos en esas puntas que comienzan a cerrarse y aplanar, asi conseguiremos que queden lo más rectos posibles.
Los pimientos quedarán como en la segunda foto que he puesto. Pudiendo aprovechar cuando ya están secos para quitarles toda la sal que queramos y envasarlos. Esa sal la podemos ademas volver a guardar, pues es una sal aromatizada a pimiento que puede ser muy útil. Y que además luego es igual que esas que venden en los comercios tan caras.
Estos pimientos desecados son muy útiles para utilizarlos en gran cantidad de platos. Desde dar un sabor más notorio a un gazpacho, añadirlos a nuestros guisos e incluso utilizarlo en cocina crudivegana, pues solo a sufrido un calentamiento leve proveniente del sol.
Lo primero que debemos hacer es seleccionar aquellos pimientos que vamos a utilizar y ver que esten bien, sin ningún problema.
Lavaremos bien los pimientos que queremos desecar y los cortaremos en pequeñas tiras o cuadrados que nos sean comodos de trabajar. Debemos pensar que los pimientos cuando se secan se retraen un poco tendiendo a cerrarse sobre si mismos. Aprovechamos también para dejarlos bien limpios de semillas y quitar las partes blancas.
El proceso de secado es mejor empezarlo en un bol, echando la sal en la cara interna de cada pimiento. No pasa nada si nos pasamos un poco, pues luego parte de esa costra se podrá quitar. Veremos que seguido empezarán a rezumar un montón de agua. Es ahí cuando ya los ponemos en una superficie plana en donde les de bien el sol.
El proceso durará más o menos dependiendo del calor. Puede ser de 1 o 2 días en un caluroso verano hasta de una semana en entre tiempo. Como truco si se nos cierran los pequeños trozos, es poner sal con los dedos en esas puntas que comienzan a cerrarse y aplanar, asi conseguiremos que queden lo más rectos posibles.
Los pimientos quedarán como en la segunda foto que he puesto. Pudiendo aprovechar cuando ya están secos para quitarles toda la sal que queramos y envasarlos. Esa sal la podemos ademas volver a guardar, pues es una sal aromatizada a pimiento que puede ser muy útil. Y que además luego es igual que esas que venden en los comercios tan caras.
Estos pimientos desecados son muy útiles para utilizarlos en gran cantidad de platos. Desde dar un sabor más notorio a un gazpacho, añadirlos a nuestros guisos e incluso utilizarlo en cocina crudivegana, pues solo a sufrido un calentamiento leve proveniente del sol.