Aros de cebolla caseros

Como estamos en fin de semana la receta de hoy es para entretenerse en la cocina, ya que no es muy difícil de realizar, pero mancha un poco. Además que si hacemos mucha cantidad nos podemos aburrir un poco preparando todos los aros. Como se ve en el titulo se trata de aros de cebolla, pero no de los comprados, sino hechos de manera casera. A diferencia de los aros de cebolla de bolsa estos quedan cada uno de un tamaño y con cortezas variables.

Para empezar ha realizar esta receta necesitamos disponer de todos los ingredientes, entre los que por supuesto estará una o varias cebollas, a ser posibles las más grandes que encontremos para sacar más cantidad de aros grandes. Por lo demás es una receta que admite muchas variaciones posibles dependiendo de nuestros gustos y lo que nos guste innovar, yo hoy dejo la receta básica sin mucha complicación, pero se podría cambiar la corteza, macerar la cebolla antes, etc...

Ingredientes: (para 1 ración pequeña)

• 1 cebolla grande
• 1 o 2 huevos
• 1 lata de cerveza
• 4 cucharadas de harina
• Cúrcuma y pimentón

Preparación:

1. Se corta la cebolla perpendicularmente a su eje haciendo cortes cada 1 cm para que queden finos los aros o más grandes si nos gustan que sean mayores.
2. Se bate el huevo con la cerveza en proporción de los 2 huevos y un chorro pequeño de cerveza, que sería más o menos como echar 2 cucharadas soperas.
3. Se prepara la harina mezclandola con cúrcuma y pimentón o cualquier otra especia que nos guste echar, podría ser algún preparado tipo paprika también, o cosas así al gusto.
4. Se preparan los aros de cebolla pasándolos primero por el huevo batido y después por la harina y se van colocando en un plato.
5. Cuando estemos acabando preparamos una sartén con aceite para que se caliente mientras terminamos.
6. Una vez preparados vamos haciendo los aros en tandas y friéndolos a fuego medio para que se hagan bien y no se quede la cebolla cruda por dentro.

Como cosas adicionales podemos repetir el paso 3 y el 4 si nos gusta que quede luego más crujiente el aro. Y lo ideal es comerlos en el momento, ya que cuando se empiezan a enfriar ya no están tan ricos como recién hechos.