Salsa de tomate fríto

Esta es una receta de salsa de tomate que me gusta mucho hacer, ya que con una preparación sencilla se consigue dar al plato un extra de sabor, y con muy poco esfuerzo. El tomate frito que venden ya hecho es un método rápido para acompañar nuestros platos, sobre todo de pasta: Como espaguetis, tortellinis, etc... Pero, partiendo de ese tomate frito, se le puede dar un toque propio para convertirlo en una verdadera salsa de tomate frito, llena de sabor. Aunque también las venden preparadas más elaboradas, pero bueno, también tienen ese trasfondo de producto de supermercado.

Por tanto vamos con nuestra salsa. Hacer una salsa de tomate frito es por tanto rápido y sencillo. Asique nos ponemos manos a la obra con ella, ya veréis que fácil que es de hacer.

Ingredientes: (salsa para 2 platos)

• 1/2 cebolla grande
• 1 tomates
• 1/4 pimiento
• 1 ajo
• 200 g de tomate frito elaborado
• 1/2 cucharada salsa de soja
• Orégano
• Cayena y pimentón dulce
• Aceite

Preparación:

1. Se corta la cebolla en trozos lo más pequeño posible y se pone a pochar a fuego lento en una sartén mediana (ya que es donde vamos a ir elaborando el resto de la salsa)
2. Mientras se pocha la cebolla cortamos del mismo modo el pimiento y el ajo y lo añadimos a la sartén.
3. Lo ponemos a fuego medio y dejamos que la cebolla pierda dureza y empiece un poco a dorar. Igual con el pimiento, procuramos que no se quede duro. Mientras cortamos los tomates del mismo modo y esperamos hasta que creamos que está cogiendo su punto para echarlos en la sartén.
4. A partir de ahí es todo más rápido, añadimos de poco en poco el tomate frito elaborado, y mientras echamos al gusto la cayena y el pimentón, como a razón de 1 de cayena por 3 de pimentón dulce para que casen bien. Y poco después el orégano seco.
5. Para terminar le echamos en el último momento un pequeño chorro de salsa de soja. Esto le dará el toque salado y hará que la salsa se vuelva un poco más oscura.

La mayoría de ingredientes son variables y dependen del gusto de cada uno, a mi por ejemplo, como no me gusta que el pimiento sepa más de lo justo le echo muy poco, mientras que la cebolla, que me encanta su sabor le echo más. En caso contrario se puede echar menos cebolla. También sobre la salsa de soja hay que tener cuidado, en esta preparación no se busca que la salsa de soja tome protagonismo, lo ideal es que ni se note que la hemos utilizado. Por tanto es mejor echar poca a pasarnos.
Y para quien no le guste con grumos puede pasarla por la batidora una vez acabada, pero pierde un poco en textura.

Y sobre todo es un plato de ir probando según se cocina, según vamos añadiendo ingredientes debemos tener una cuchara de madera, a ser posible (que no se calienta tanto como las metálicas) e ir probando si va quedando a nuestro gusto. Y si no es así, ir añadiendo o no más de cada ingrediente. Por eso debemos echar de poco en poco, probar y decidir. Si echamos de más luego es más difícil arreglarlo.